Y así, el rompecabezas de ocho mil piezas que armamos cae al suelo. Y puedes ver todavía esos trozos de paisaje rebotando, rebotando... perdiéndose por debajo de los muebles.

Estoy asqueada de toda esa parafernalia culiá del sexo

Te quiero, hombre de los cuentos
adueñándote del silencio
Te deseo, nostálgico eterno
ser de agobiante sosiego

De tu alma hice un espejo
escribí en ti mis anhelos
boca de hielo
ojos de fuego

Amor, religión nueva

Éste dios no existe

No. Lo siento

Mentir no es soñar

Me abstengo de amar

Ayer desperté y era Huidobro, en mi cabeza como un trueno. Hoy es Benedetti, que antes me sabía a calma, el rayo.

Soy la sombra de los astros
la mano que aprieta al mundo
la sonrisa que con dientes desgarra
amor corrosivo siento

despierto, pasiones vendo
y miento
en cada pensamiento
te tengo, te pierdo